La Facultad de Ingeniería se prepara para la visita de pares evaluadores para la Evaluación Institucional de la UNSJ

La Evaluación Institucional de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) es un proceso clave para analizar y mejorar la calidad educativa y administrativa de la universidad. Se lleva a cabo cada seis años y está regulado por la Ley de Educación Superior N° 24.521. En la UNSJ, esta evaluación no se realizaba desde el año 2014. Es importante destacar que es un proceso voluntario, por lo cual esta Evaluación Institucional representa el compromiso de la mejora continua dentro de la comunidad universitaria. 

Es necesario aclarar que los procesos autoevaluativos realizados por la UNSJ se han enmarcado en procesos de evaluación más amplios y que los incluye. El sistema de evaluación universitaria actual se basa en la articulación de procesos de autoevaluación con el de la evaluación externa, de acuerdo al compromiso asumido hace más de dos décadas entre las distintas instituciones universitarias del país con la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU).

En base a esta bifronte condición, la evaluación institucional transcurre en dos escenarios bien definidos: por un lado, la voluntad de la institución universitaria de reflexionar sobre las propias prácticas en relación a sus respectivas identidades expresadas en la misión y visión establecidas; por el otro, participar de procesos evaluativos entre pares universitarios a fin de lograr la consolidación de un sistema universitario que entienda sobre referencias y puntos de encuentro comunes.

La presente autoevaluación se desarrolló a través de dos vías: por una parte se tomó como parámetros de autoevaluación las propuestas de obtención de datos realizadas por CONEAU a través del Sistema de Información para la Evaluación y el Mejoramiento Institucional (SIEMI), un instrumento que demanda datos cuantitativos sustanciales del funcionamiento y estado de situación de la institución. Por otra parte, se propuso un relevamiento de carácter cualitativo que se instrumentó a partir de diversas vías de abordaje, desarrolladas en el apartado metodológico.

Para comenzar con este proceso, se convocó a la participación a autoridades universitarias, secretarías, áreas de gestión, personal docente, Nodocente, estudiantes, graduados de las unidades académicas y colegios preuniversitarios. Estas definiciones sobre la participación se adoptaron con la convicción de que así se garantiza la elaboración de diagnósticos que abarcan campos muy heterogéneos y exigen un alto grado de involucramiento. Sin embargo, más allá de estos motivos, la participación de todos los sectores constituye una decisión política que promueve la diversidad y refuerza tanto el autogobierno como la legitimidad de las elecciones periódicas de sus autoridades.

Esta autoevaluación ha buscado sustraerse a la tendencia natural de producir informes para mostrar resultados, sino que se encamina a constituirse en un conjunto de saberes que se deben utilizar como insumo para tomar decisiones; una exploración que permita planificar la gestión con respaldo en información que fortalezca las mejoras a desarrollar. Un diagnóstico que permita desarrollar líneas de acción que se sostengan en el tiempo e identificar los desafíos a proyectar. Este proceso encuentra a la Universidad en oportunidad de cumplir sus 50 años, en un momento de expansión disciplinar, territorial y de niveles educativos, alineada con su compromiso con la educación pública, gratuita e inclusiva. La UNSJ reafirma la importancia de mejorar y fortalecer la educación pública para asegurar un mayor acceso e inclusión.

La universidad reconoce el apoyo de la sociedad, que espera recibir profesionales con un fuerte compromiso ético y una participación activa en la construcción de una sociedad más justa, igualitaria e inclusiva. El compromiso de la UNSJ con la comunidad sanjuanina se mantiene vigente desde las iniciativas de quienes aspiran a integrarse al ámbito universitario hasta después de las graduaciones e independientemente del rol que cada uno decida desempeñar: ya sea en el servicio público, en la empresa privada o la academia. Debemos asumir que se espera de los y las universitarios no solamente una formación de excelencia, sino también un conjunto de valores y perspectivas que se destaquen por su capacidad transformadora.